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Después de encontrar a una diosa colapsada en la calle, Sho la lleva a casa. Akane es una Aragami, una diosa que solo piensa en sí misma y causa problemas a quienes la rodean. ¿Podrá Sho, con la ayuda de Inori y Maika, ayudar a Akane a convertirse en una diosa perfecta?
Fue después del descenso de incontables diosas en Japón...
La mayoría de las diosas pudieron mezclarse con los humanos, viviendo juntos en paz y felicidad. Algunas de esas diosas incluso se convirtieron en ídolos.
Sin embargo, hubo otros que simplemente se negaron a seguir las reglas. Estas diosas prefieren vivir libremente y hacer lo que les plazca, causando sin darse cuenta todo tipo de problemas a los humanos.
Las diosas que son traviesas se llaman Aragami.
El protagonista, Sho Narumi, se topa con una diosa que se derrumba en la calle e intenta ayudarla. Muy pronto se revela que ella es la Aragami que ha estado causando frecuentes cortes de energía en un área de un pequeño pueblo de Tokio. ¡Sho decide proteger su amada ciudad natal ayudando a la diosa a rehabilitarse!
"¡Rehabilita a la diosa!"
Espera... ¿no se supone que las diosas ayudan a los humanos?
¡Con el escenario moviéndose de Akihabara a un área tranquila de un pequeño pueblo de Tokio, la historia de la rehabilitación de una diosa traviesa comienza ahora!
Columna vertebral de la historia
La historia sigue siendo más o menos la misma, solo que hay algo que es un poco diferente... Esta es la historia de una diosa inusual ambientada en un Japón ligeramente diferente.
¡Las Diosas Descienden!
Fue una época en la que la gente había olvidado sus sueños y perdido la fe.
Las siluetas de las diosas se revelaron a las personas que solo podían creer en lo que veían frente a ellos.
La confusión que rodea a las innumerables diosas que aparecen en Japón podría explicarse debido a que Amaterasu Omikami quiere enseñarles a las diosas sobre el mundo humano.
Todo esto trajo como consecuencia la implementación de la Ley de Educación Divina.
En consecuencia, las diosas pudieron aprender, familiarizarse y comunicarse con los humanos.
Este intercambio intercultural entre diosas y humanos ayudó a mostrar los muchos colores del mundo.